Su respiración es cada vez más fuerte. El silencio de la estación la hace cada vez más perceptible. Se acerca. ¿Por qué diablos no hay nadie hoy en esta parada?

Me doy cuenta que ya estoy corriendo, y aún así, él sigue detrás. Su sucio aliento choca en mi nuca. Creo que me estoy mareando.
Por el rabillo del ojo veo cómo alarga su mano, esa mano enorme. La oscuridad empieza a caer sobre mí. Ya está. Definitivamente estoy perdida. Sólo tengo una salida: gritar y confiar en que alguien me escuche...
....
AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
...
De repente abro los ojos. Estoy en el vagón. Me he despertado sobresaltada. Parece que nadie se ha dado cuenta, todos están a su bola, con sus sudokus y sus historias. Nadie se ha dado cuenta de que estaba soñando. De que tenía una pesadilla.
Esos vídeos de los seguratas del metro están haciéndome flaco favor. No dejo de tener pesadillas con ellos. Palizas a indigentes... a inmigrantes.... que será lo próximo... niños? mujeres? No, dios, creo que por una temporada tendría q salir de este vagón. Tengo miedo. Me esconderé en casa... Pero eso no solucionará nada, verdad? Tan sólo aplazará esta sensación de angustia que me ahoga cada vez que les veo con sus botas y sus porras. Cada vez que siento que están detrás...
Mi parada!!! He de bajarme y saldré corriendo al exteriorrrrrrrrr