
Pero no saben que en el mismo vagón se disfrazan los protagonistas de sus pesadillas recurrentes.

Señora, ese de su lado, ese dulce anciano, cuando llega a casa con un par de copas de más escupe a su esposa hasta mezclar su saliva con sus lágrimas. Afortunado el día en que la mezcla no se tiñe de un rojo sanguinoliento.
¿Y aquel? Ese chavalillo que le ha cedido amablemente el asiento. Sí, ese, el trajeado. Le ha prohibido a su novia que se vea con los compañeros de clase. Los celos le obligaron a golpearla el otro día. Pero no es tan mal chico, luego se disculpó. Él le ama, como no ama otra cosa en el mundo. Por eso no quiere estar sin ella jamás. A ella le pareció lo más hermoso que había oído nunca...
¿No es gracioso, señora? ¿No le recuerda a usted cuando salía de novia con el desgraciado de su marido?
No podemos olvidar que debajo de esa apariencia de corder, realmente, se encuentra el lobo. Me encantaba este cuento de pequeña...
3 comentarios:
Y cuántas no serán nunca asesinadas pero viven día a día la pesadilla de compartir cama con su verdugo? Es otra forma de asesinato más sutil.
Que nadie mire para otro lado!
El hombre es un lobo para el hombre. Por desgracia para los lobos... ;-)
Y jode encender el telediario o leer en los periódicos que siguen habiendo mujeres que mueren simplemente por el hecho de ¿no amar a alguien?, ¿por la culpa de los celos de una persona?
Lo peor de todo es que muere a manos de una persona que ha querido¡
Nunca he entendido ningún tipo de violencia, y nunca la entenderé pero parece que una mujer muera a manos de su pareja o ex pareja ya es algo normal¡
Una entrada que me ha gustado mucho y que ójala no fuera necesaria volverla a repetir¡
1beso¡
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