Las ansiadas vacaciones han llegado al fin. Más allá de intentos de chapoteos entre las olas, tragos de cerveza entre la arena y vuelta y vuelta para tostar nuestra preciada piel, lo mejor es detener el tiempo. Detener las manecillas y hacer lo que nos plazca y cuando nos plazca.
Da igual que durmamos diez horas, se permite otra siesta de persiana y pijama de otros ciento veinte minutos. Y lo mejor de todo es que no tienes sensación de perder el tiempo, si no de estar aprovechándolo.
No me gustan los convencionalismos en esta españa de la pandereta y la tortilla con arena en cuanto llega julio. Me gusta ir contracorriente y atreverme a meter el pie en el agua cuando los demás comienzan a vestirse de nuevo las toallas rumbo a sus hogares temporales.
Sé que volveré blanca, lo asumo, pero en ningún momento pretendo volverme color cangrejo a pasar desapercibida en la línea de La Elipa. Vacaciones de verano...
martes, julio 15
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2 comentarios:
Y ahora, a disfrutar de otro mes de tranquilidad por entre túneles, ¿no? ;-)
Yo también volveré blanca...
Disfruta...
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